Ilustración 1 - Síndrome Osgood-Schlatter. Radiografía lateral que muestra fragment- ación en el tubérculo tibial en un niño de 12 años con síntomas clínicos indicativos de OSS. Chang et al. (2013) |
El Síndrome de
Osgood-Schlatter (OSS) comunmente conocido como "crecederas", se describe como una apofisitis del tubérculo tibial;
una inflamación dolorosa de la protuberancia superior de la tibia, justo debajo
de la rodilla producto de la tensión repetitiva en la inserción del tendón
rotuliano. (Kabiri, Tapley, & Tapley, Feb 2014) Se encuentra principalmente en adolescentes y
jóvenes de entre 8 y 15 años, siendo más frecuentes su aparición en chicos
entre los 12 y 15 años que en chicas donde suele aparecer entre los 8 y 12
años, y frecuentemente (20-30%) aparece
de forma bilateral. (Purushottam, Scher, Khakharia, Widmann, & Green,
2007)
La especialización
temprana en el deporte, el aumento de la presión en el entrenamiento, el
descenso en el tiempo de descanso entre sesiones y temporadas contribuye a un
aumento del estrés y lesiones por sobrecarga. (Kabiri, Tapley, & Tapley, Feb 2014) El OSS se produce por la tensión repetida que
el músculo Cuádriceps realiza sobre la tuberosidad tibial sobre todo al
realizar gestos deportivos como saltos (baloncesto, voleibol, atletismo) y/o
por contacto directo (arrodillarse). Vemos esta lesión sobre todo en Fútbol
(30%), Rugby (17%) y Patinaje sobre hielo masculino con un 14,2% de los casos. (Kabiri, Tapley, & Tapley, Feb 2014) Ogden y Southwick
sugieren que el OSS se causa por la incapacidad de osificar y recuperar
completamente la zona afectada por la tensión repetida del tendón rotuliano
sobre la tuberosidad tibial, resultando en una avulsión de la zona afectada y
formación ósea extra entre los distintos fragmentos. (Ogden & Southwick, 1976)
El examen
físico inicial presenta una hinchazón, sensibilidad local y dolor en el área de
la tuberosidad tibial. El dolor se puede reproducir con la extensión forzada de
rodilla, al arrodillarse, subir escalones, correr, etc. También se suele
encontrar una disminuida flexibilidad del cuádriceps (Kabiri, Tapley, & Tapley, Feb 2014) El dolor se presenta
como leve e intermitente en la fase inicial. En la fase aguda el dolor se hace
más severo y continuo en su naturaleza. (Purushottam, Scher, Khakharia, Widmann, & Green,
2007)
Los factores
de riesgo principales son, además de la edad ya mencionada y el género masculino,
la tensión excesiva del cuádriceps, la fuerza del mismo durante la extensión de
rodilla y la disminuida flexibilidad en los isquiotibiales. (Kakase, y otros, 2015) Otras variaciones
anatómicas normales o patológicas como padecer de rótula alta, mantener una
postura de pies en pronación, genu valgo de rodilla, rotación interna o externa
tibial o un aumentado ángulo cóndilo-maleolar se han encontrado en diferentes
estudios en pacientes con OSS, aunque no están aceptados de forma unánime
debido a la falta de evidencia. (Purushottam, Scher, Khakharia, Widmann, & Green,
2007)
Se recomiendan
también ejercicios de fortalecimiento de la musculatura débil alrededor de la zona
lesionada. El fortalecimiento de cuádriceps a través de ejercicios isométricos,
elevaciones con la pierna extendida (Straight leg raises) y ejercicios de
cuádriceps en arco corto (short arc quadriceps) se consideran un standard para
el tratamiento del OSS. (Antich & Brewster, 1985) De nuevo estos
ejercicios deberían llevarse a cabo sin dolor. (Gaibor, y otros, 2006) . Y aunque existen
algunas propuestas de fortalecimiento también de isquiotibiales (Gerbino, 2006) , el gran consenso
general se centra en el fortalecimiento específico del cuádriceps débil. (Whitmore, 2013) (Kleposki,
2008) .
En mi opinión, y por sentido común; lo ideal sería medir los índices de fuerza
de ambas musculaturas e intentar alcanzar al menos el estándar de 0.6 en la
relación de fuerza entre ambos grupos musculares. Ross y Villard recomendaban
ejercicios de fortalecimiento y mejora de la flexibilidad de la musculatura
periarticular, incluyendo cuádriceps, isquiotibiales, cintilla iliotibial y
gastronemio. En un principio los ejercicios de alta intensidad de
fortalecimiento de cuádriceps están contraindicados en la etapa inicial.
Ejercicios de menor intensidad como ejercicios isométricos en diferentes
ángulos son los ideales en la etapa inicial del tratamiento conservador. Los
ejercicios de más intensidad de fortalecimiento de cuádriceps así como de
estiramiento de isquiotibiales se incluirán gradualmente. (Purushottam, Scher, Khakharia, Widmann, & Green, 2007)
Meisterling et
al. (1998) nos muestra un programa de fortalecimiento progresivo de cuádriceps,
comenzando con elevaciones de pierna extendida (SLR) seguido por ejercicios de
cuádriceps en arco corto, squat contra pared y llegado el momento, ejercicios
de saltos con cuerda. (Meisterling, Wall, & Meisterling, 1998)
En mi opinión
habría que incluir algún ejercicio de fuerza dinámico entre los isométricos y
la pliometría. Hasta no estar 100% seguros de que podemos dar ese paso final,
es preferible no hacer daño al sujeto e ir poco a poco. En cuanto a series y
repeticiones, etc. Progresa conforme te lo permita la lesión pero sin prisas.
Si puedes hacer 3-4 series de 30-45 segundos del Short Arc Quad sin dolor, puedes
pasar realizar el Squat contra la pared en un ángulo de unos 45-60 grados
durante 4 repeticiones de 30 segundos. Cuándo consigas esto, pasa a un ángulo
más pronunciado de 90 grados y más adelante podrás ir alternando ambas
posiciones durante más tiempo. Poco a poco y siempre, todo esto depende del sujeto y sus circunstancias.
El uso de medidas
ortopédicas como rodilleras o cintas rotulianas, especialmente en momentos
puntuales de actividad, puede ser beneficioso para el sujeto, ya que disminuyen
y distribuyen las fuerzas de tracción en la tuberosidad tibial. (Gerbino, 2006) (Whitmore,
2013)
Si el
fisioterapeuta lo considera necesario el uso de iontoforesis o de medicamentos
anti-inflamatorios y anestésicos deberían en teoría ayudar a mejorar la
inflamación y el dolor en el tubérculo tibial. (Kabiri, Tapley, & Tapley, Feb 2014) (Purushottam, Scher, Khakharia, Widmann, & Green, 2007)
Es muy
importante que el sujeto se conciencie en que debe disminuir la cantidad de
actividad que realiza para disminuir los síntomas del OSS, ya que ésta proviene
del mismo sobreuso. Así mismo, la inclusión de ejercicios específicos de
calentamiento previos a realizar la actividad, así como el uso de frío al
término de la misma actividad deberían ser imprescindibles para el sujeto. (Kabiri, Tapley, & Tapley, Feb 2014) (Purushottam, Scher, Khakharia, Widmann, & Green, 2007)
La mayoría de los investigadores
manifiestan que los síntomas se resuelven en el 90% de los casos, aunque pueden
permanecer de 12 a 24 meses antes de su ausencia completa. Aproximadamente el
10% de los pacientes mantienen los síntomas en la edad adulta a pesar de tomar
medidas conservadoras. (Purushottam,
Scher, Khakharia, Widmann, & Green, 2007)
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Ilustración
1 - Síndrome Osgood-Schlatter. Radiografía lateral que muestra fragmentación en
el tubérculo tibial (flecha) en un niño de 12 años con síntomas clínico
indicativos de OSS. Chang et al. (2013),
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